Rozando sábanas.

Él la llevó a su cama pero no recuerda cómo. Se ha levantado en la mañana por la claridad del sol en su ventana, no puede ver su rostro pero está consciente de saber la identidad de la chica que yace al lado izquierdo de esa cama.

Su cuerpo está desnudo. En el piso hay un mosaico con las prendas que cada uno llevaba la noche anterior. Tiene resaca pero ante la evidencia sabe que la pasó de lo mejor horas atrás.

Admira a la chica que duerme boca abajo a su lado. No recordaba que llevaba ese color de cabello la última vez que la vio  ¡PERO HACE CUANTO TIEMPO NO SE HABÍAN VISTO!. Viéndola bien su cuerpo no era ni similar a lo que era antes. Ya estaba empezando a sospechar de que la chica que tenía en su mente no era la misma que estaba a centímetros de él.

Por otro lado...

Ella siente la presencia de alguien a su lado pero se niega a abrir los ojos, no recuerda haberse ido con nadie a ninguna habitación, pero debe afrontar su miedo. Decide abrir los ojos y ahí estaba. Un chico en el lado derecho de la cama. ¿Cómo llegó? Bueniiisima pregunta. Tuvieron una buena noche; ambos no poseen prendas. Y aunque ella quiere pensar que no estuvo con ese chico, la habitación grita lo contrario.

La chica observa la figura de aquel chico. Y piensa que ahora si había cometido un error. No recuerda nada, el alcohol se llevó cualquier recuerdo por mínimo que fuera de su mente. Sin embargo tiene la esperanza de que ese 'alguien' sea quien  está en sus pensamientos.

Ambos trataron de voltear para ver el rostro de esa otra persona pero para desgracia de los dos, yacían en camas diferentes rozando sábanas con desconocidos. Desilusionados ante el duro golpe con la realidad recogieron sus prendas cuidadosamente y se dispusieron a continuar con sus vidas. Pensándose de vez en cuando y sonriendo por el efecto de los recuerdos.

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