Los recuerdos son malos para el corazón.

Solía ir a tu casa cada vez que podía hace años atrás, era agradable sentir el frío en el ambiente... Hace un par de horas volví a aquel lugar que durante quince meses había evitado visitar... Era igual, tenía el mismo color rosado que recordaba con la diferencia que tú ya no estabas ahí, tu aroma no estaba en el ambiente, no escuchaba tus pasos en la cocina y tristemente tu recuerdo tampoco estaba ahí...

Quería acordarme de los momentos que estuve en ese sitio, las cosas que hacía, la comida que ingería, pero por más que lo intentaba nada llegaba a mi memoria, se me ocurrió que tal vez al entrar a tu habitación podría recordarte pero nada ocurrió como lo planee... Encendí la luz y todo pasó de ser oscuro a tener color, podía olerse el polvo, verse las telas de arañas, caminé lentamente, no sé, quizás con la esperanza de verte aunque sabía que era imposible... Y ahí estaba ese nudo en la garganta que me torturaba y me dolía, mis ojos se llenaron de lágrimas y no podía parar... Tu cama no se había movido de lugar, la peinadora tenía todo regado encima y si no hubiese sabido nada pensaría que sólo no estabas en casa... El clóset tenía ese escrito que nunca pude entender pero aún así lo leía día tras día... Tus zapatos estaban revueltos en el piso y la ausencia inundaba tu cuarto...

Mis ganas de verte bien así pelearas todos días eran extremas, mis gritos internos a Dios hicieron que me doliera el pecho, no sé cual es el motivo para que estés así, pero me lastima saber que ya no estás aquí aunque extrañamente tu cuerpo sigue con vida...

Ya esa casa es sólo paredes y un techo, dejó de ser hogar desde que no habitas en él... Tus matas anhelan tus cuidados, las perritas desean jugar contigo... Y yo pues nada sólo pido volver a verte un instante y decirte tantas cosas que callé... Hasta que eso pase sólo me queda fingir mis sonrisas, OTRA VEZ...

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