Engaños y otras maneras de dolerse.

Te fuiste adueñando de las cosas bonitas que me ocurrían pero también fuiste el culpable de todas las lágrimas que perdí y si, digo perdí porque nunca debieron ser derramadas o por lo menos no por el daño que me hiciste y es que no fue un fracaso, fueron millones de ellos pero aun así me negué a resistir, a decaer, porque tú podías cambiar, porque yo podía cambiarte como si yo fue la gran cosa para seguir un ejemplo. De igual manera me quisiste culpar de cosas que no hice pero que gracias a ti fui capaz de lograr, de algunas estoy orgullosa, de otras, no tanto pero la vida se trata de seguir, o eso dicen los libros de autoayuda que están bajo mi cama, esos que alguna vez ayudaron -a nada-.

Entonces quise creer que sí el amor era real, dolía, lastimaba, rompía. 

Y me convertí en la mejor definición de masoquismo que un diccionario pudo tener. 
Porque así somos, demasiado idiotas cuando nos enamoramos.

Comentarios

Entradas populares